Thursday, September 22, 2011

Una corta historia desde Sofía del pasado (2005)

(NO TIENE TÍTULO)

Al crear el mundo, el Diablo y Dios decidieron hacerlo juntos, porque no vale de nada un mundo todo malo o todo bueno y, en vez de crear dos a su gusto, decidieron hacer uno con las dos cualidades.
Cuando estuvo listo, se pusieron a debatir qué animales iban a vivir ahí. Al Diablo se le ocurrió crear a uno que sea muy superior a los otros y que mandase, mientras que a Dios se le ocurrió crear a todos iguales para que vivieran en paz.
Cuando expusieron sus opiniones una discusión surgió: ¿quién iba a vivir allí?... Después de discutir mucho tiempo, al Diablo se le ocurrió la idea de apostar a ver quién se moría primero: los animales que viven en paz o los superiores. A Dios esto no le pareció correcto porque sabía que los creados por el Diablo iban a matar a los suyos, así que le dijo: "Si tus hombres (que así se llamaba la raza de los animales del diablo) son inteligentes y poderosos, déjame darles un poco de lo mío para que no estén incompletos y la batalla sea pareja"
Al Diablo no le gustó, pero aceptó pensando que, de todas formas, iba a ganar.
De esta forma, Dios insufló a los hombres con bondad, caridad, amor... Mientras completaba su tarea, se dio cuenta de que los hombres estaban creados para autodestruirse y destruir todo a su alrededor; entonces, para cuidarlos hizo a los animales, seres fieles que lo protegerían de todo y darían su vida para alimentarlo y abrigarlo en días de frío.
Pero, como era de esperar, el Diablo no se podía quedar fuera, así que metió la mano. Puso a los animales algo de maldad para que no estuviesen siempre con el hombre.
Pasó un tiempo y los animales estuvieron listos para ser colocados en la Tierra (que así se llamaba el mundo que habían creado para ellos). Lo primero que hizo el hombre fue observar y luego tocar y probar, cosa que a veces le salía bien y a veces no. Después descubrió que podía hacer sonidos con su boca como los animales y un día vio a un mono caminando y le hizo descubrir que él también tenía piernas y podía pararse.
Caminando un día llegó a un lago. Miró esa cosa cristalina y se vio reflejado (al principio no sabía quién era, pero después lo descubrió), pero también vio los peces, los árboles, todo. Quiso contárselo a los animales, pero una voz le susurró que no lo hiciera porque éstos le iban a quitar el descubrimiento.
Así fue que el hombre, receloso, no dijo nada a nadie. Descubrió millones de cosas y no dijo nada. Se aisló de aquellos que le habían enseñado a comer, caminar y hasta a hablar. Perdió la comunicación por sonidos y empezó una nueva: las pinturas.
Éste fue un gran descubrimiento, puesto que podía expresar cosas sin necesidad de hablar. Hasta que un día se cansó de ser superior, de ser el único. Quiso volver a hablar con sus viejos amigos, pero éstos no le entendieron. En ese instante el hombre se sintió solo y el único remedio que encontró fue caminar y caminar y caminar hasta que se encontró con alguien similar a él. Se sorprendió mucho porque hablaban parecido, caminaban parecido y los dos sentían lo mismo: soledad.
Caminaron juntos mucho tiempo, el hombre le mostró sus cosas y el otro las suyas, veían las cosas de modo diferente pero ésto les ayudaba a progresar. Lo que no sabía uno lo sabía el otro.
Juntos se alejaron de sus amigos animales, estos les empezaron a resultar un poco desagradables y pasar tiempo con ellos no era placentero. Se alejaron de todo juntos, crearon cosas y destruyeron un poco a su alrededor. Construyeron pequeñas casas y el Diablo les dio fuego para que se divirtiesen. Dios les dio más amigos y les enseñó qué alimentos comer y cuales no.
Los humanos ya habían aprendido bastante como para seguir solos. Entre todos evolucionaron rapídisimo: se abrigaron con la piel de los animales y comieron su carne. Sus viejos amigos no podían hacer nada porque se habían quedado atrás gracias al hombre que había sido mezquino con ellos y no les había contado sobre sus descubrimientos y el que cuando quiso hacerlo no pudo porque ya era demasiado tarde.
La comunidad humana comenzó a reproducirse muy rápido y abarcó mucho más de lo esperado. Y así es que aquí estamos, creciendo y autodestruyéndonos poco a poco. Y, por lo que parece, el Diablo ha ganado la apuesta.




PD: Encontré este relato en un diario que tengo de cuando era (más) pequeña. Muy bien hecho hippie amante de la naturaleza Sofía del pasado. Muchas gracias.